La huella de carbono es, según el Diccionario de la RAE, la cantidad de gases de efecto invernadero producidos por las diversas actividades realizadas por un individuo, una comunidad o una organización.
Este concepto nace a principios de la década de 2000, de la mano de la empresa petrolera BP. Al principio, algunos criticaron este concepto, al considerar que la creación del término respondía a una estrategia de las empresas contaminantes, para trasladar la responsabilidad (y la culpa) de generar la contaminación que está provocando el cambio climático hacia los ciudadanos. Poniendo el foco en el ciudadano y construyendo el relato de que la contaminación es responsabilidad de todos por igual. La realidad es que hoy en día el concepto está muy instaurado, existen certificaciones y estándares para medir y controlar este concepto en la fabricación de productos y servicios de todo tipo y de todos los sectores.
Gracias a este valor, podemos medir el impacto del producto o servicio que queremos utilizar o adquirir. En el sector de la construcción, permite evaluar el impacto de construir una casa. En la construcción de una casa, este índice puede servir para evaluar dos tipos de impacto diferentes:
- Impacto de la construcción de la casa
- Impacto de vivir en esta casa cada año.

La huella ecológica de construir tu casa.
En el primer punto encontramos el coeficiente que nos ayudará a definir la contaminación asociada al hecho de construir la casa en sí. Para calcular la huella de carbono al construir una casa tendremos en cuenta muchos aspectos: Maquinaria, transporte, procesos… pero lo más relevante tiene que ver con los materiales que utilizamos para construir la casa.
Hay materiales que llevan asociada una gran huella de carbono, en lo que se refiere a materiales estructurales, encontramos el hormigón, que lleva asociados a su fabricación 215 kg de CO2 eq por cada m3 fabricado. Otros materiales habituales en la construcción con gran huella de carbono son el aluminio o el vidrio. En el artículo La pirámide del CO₂ explicamos con detalle los materiales más contaminantes y podrá encontrar un listado de los materiales y su huella ecológica. Verá que la madera constructiva en su proceso de fabricación absorbe 680 kg de CO2 eq por cada m3 fabricado, es decir, la madera tendría una huella ecológica de -680 kg de CO2 eq por cada m3 fabricado. Una huella de carbono negativa, 895kg CO2 eq/m3 inferior a la del hormigón.
Imagina una casa de unos 150 m² construida con criterios tradicionales. Únicamente su estructura en hormigón puede acarrear la emisión de más de 50 toneladas de CO₂ eq (unos 250 m³ de hormigón x 215 kg/m³). Esta cantidad equivale aproximadamente a las emisiones de un coche circulando durante 50 años.
Sin embargo, si esta misma casa se construye con criterios de casa sostenible, con materiales naturales y sostenible como la madera certificada, el resultado cambia drásticamente. Cada m³ de madera utilizada absorbe unos 680 kg de CO₂ eq 1. Per a una casa d’aquestes dimensions, es poden arribar a fer servir uns 80-100 m³ de fusta estructural, més de 60 tones de CO₂ eq fixades i emmagatzemades. Dicho de otra forma: la propia construcción de la casa no solo deja de emitir, sino que se convierte en un reservorio de carbono. Esta casa, en el momento de hacerse realidad, ya ha realizado una aportación positiva al planeta.
La construcción de una casa sostenible o eskimohaus es un cambio de paradigma respecto a la construcción tradicional. La utilización de materiales naturales, sostenibles y con una huella de carbono negativo permite construir casas con una reducción muy grande de la huella ecológica, hasta tal punto que puede llegar a ser negativa. Es decir, que construir una casa fija más contaminación de la que genera. Este aspecto, que a algunos puede llegar a sorprender, lo explicamos detalladamente en el artículo que publicamos a finales del año 2024 Reducción de CO₂.

La huella ecológica del confort de tu casa.
Por otra parte, debemos contar la reducción de la huella de carbono que supondrá mantener las condiciones de confort en casa año tras año: El cálculo de la huella ecológica asociada al confort de tu casa.
Una casa sostenible que no necesita consumir energía para garantizar el confort interior tendrá una huella de carbono asociada pequeña en comparación con una casa tradicional. Teniendo en cuenta la vida útil de una casa, que puede calcularse en cincuentenos o siglos, la huella ecológica asociada al confort supone un impacto ambiental total muy grande en la vida útil del producto. El consumo asociado a la climatización y el confort de una casa, hoy en día, es el mayor en los hogares de nuestro país, representando entre un 40% y un 60% del consumo energético. Con una casa sostenible se logra una reducción del 70% del consumo y la contaminación asociada a la climatización.
Por un lado, podremos saber qué impacto ha implicado la construcción de la casa y por otro qué impacto supondrá año tras año el uso y disfrute de la casa.
Ahora bien, la cosa no termina aquí. Según el IDAE una casa convencional, a lo largo de su vida útil, consumirá grandes cantidades de energía para calentarse en invierno y refrigerarse en verano. Según los estudios del IDAE podemos establecer una media de 8.000 kWh anuales por climatización y electricidad, lo que supone alrededor de 2,5 toneladas de CO₂ eq cada año. En un período de 50 años suma 125 toneladas de CO₂ eq.
Por el contrario, una casa sostenible, pasiva o eskimohaus reduce este consumo energético en un 70-90%. Esto significa que en lugar de 8.000 kWh anuales, sólo necesita unos 2.000 kWh. La diferencia es enorme: a lo largo de 50 años, ahorramos alrededor de 100 toneladas de CO₂ eq, el equivalente a plantar más de 5.000 árboles.

Las casas sostenibles, un legado de gran valor.
Si tenemos en cuenta estos dos factores, por un lado, la huella ecológica asociada a la construcción y la huella ecológica asociada a su uso, el balance global es revelador. No només estem evitant emissions, sinó que estem contribuint activament a revertir-les. Cada casa construida bajo estos criterios saca CO₂ de la atmósfera y evita su futuro, convirtiéndose en parte de la solución al cambio climático.
Estas cifras no son datos abstractos, se trata de concretar. Pensemos en la vida cotidiana:
- si vives en una casa sostenible pagarás un 80% menos en facturas energéticas cada mes.
- Además, disfrutarás de vivir en un entorno saludable, con aire de calidad, temperatura estable y confort térmico natural.
- Cuidas el planeta. Ayudas a contribuir a un entorno y futuro sostenible y habitable. Cuidas tu entorno directo e indirecto, tu presente y futuro.
Construir con conciencia no es sólo una opción rentable, es una oportunidad. Tu futura casa puede ser mucho más que un espacio en el que vivir: puede ser tu huella positiva en el mundo.
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- Cálculo basado en el paper: Carbon Impacts of Engineered Wood Products in Construction
Hongmei Gu, Prakash Nepal, Matthew Arvanitis and Delton Alderman (DOI: 10.5772/intechopen.99193)