El pasado 28 de abril, un apagón eléctrico dejó sin suministro a millones de hogares en la Península Ibérica. Durante horas, la incertidumbre recorrió ciudades y pueblos, y nos recordó lo frágil que puede ser todo cuando dependemos por completo de un sistema centralizado.
Pero no todo se apagó.
En medio del silencio energético, tres casas construidas por Papik Cases Passives siguieron con la luz encendida, con agua caliente, con confort térmico, con vida normal. Porque estas casas no dependen de la red eléctrica. No necesitan enchufarse a ningún sistema para funcionar. Lo hacen solas. Cada día. Todo el año. Incluso en días como ese.
No son casas. Son sistemas vivos.
Lo que ocurrió el 28 de abril no es un milagro. Es arquitectura bien hecha, con cabeza y corazón. Es eficiencia, sostenibilidad y sentido común.
Las protagonistas son tres viviendas únicas:
K-Llavaneres (2014) – El origen de todo

En Sant Andreu de Llavaneres, esta casa fue un antes y un después. Construida hace más de una década, en un momento en el que hablar de “casa autosuficiente” sonaba a utopía, K-Llavaneres demostró que era posible vivir sin red eléctrica.
Con 198 m² de superficie útil, está diseñada siguiendo los principios del estándar Passivhaus y construida con nuestro sistema Eskimohaus, que permite conservar el calor en invierno y el frescor en verano sin apenas consumo.
Se alimenta de paneles solares y funciona con un sistema de baterías que almacena la energía para toda la jornada. A día de hoy, sigue funcionando exactamente igual que el primer día. Una veterana resiliente que ya entonces se adelantó al futuro.
K-Codines (2019) – La autosuficiencia urbana

Situada en Sant Feliu de Codines, esta casa de 212,75 m² está dentro de núcleo urbano, pero su espíritu es completamente independiente.
El diseño bioclimático, la orientación al sur, los voladizos, las persianas orientables y el aislamiento de alta eficiencia permiten vivir con un confort térmico excelente, sin necesidad de climatización tradicional.
Pero lo más singular son sus baterías. En lugar de usar litio, optaron por baterías de plomo, más voluminosas pero infinitamente más reciclables y sostenibles. No tienen tierras raras ni componentes tóxicos difíciles de tratar. Una decisión consciente, que demuestra que la sostenibilidad también está en los pequeños detalles.
K-Valld’Or (2023) – El presente que ya vive en el futuro

La última en llegar y, quizás, la más avanzada. ubicada en Valldoreix, dentro del municipio de Sant Cugat del Vallès, construimos una casa de 280 m² rodeada de vegetación y tranquilidad, pensada para generar cero emisiones y ser totalmente autónoma.
Incluye sistemas de aerotermia para la climatización, ventilación mecánica con recuperación de calor, baterías de última generación, y un diseño arquitectónico que combina belleza con rendimiento energético. Aquí no hay azar: cada ventana, cada sombra, cada centímetro de aislamiento está calculado para que funcione en armonía.
El resultado: una casa que no solo resiste apagones. Una casa que cuida de quienes viven dentro.
Más allá de la arquitectura: un nuevo modelo energético
En Papik Cases Passives no construimos solo casas. Diseñamos refugios energéticos. Espacios que te protegen de lo que pasa fuera, que respiran contigo, que consumen menos y producen más. Viviendas pensadas para vivir mejor hoy, y preparadas para el mañana.
Y lo más importante: esto no es exclusivo ni inalcanzable. Este modelo se puede aplicar a cualquier nueva construcción y adaptarse a diferentes presupuestos. La tecnología ya existe. Solo falta voluntad de hacer las cosas bien.
¿Y si el futuro empieza por casa?
El apagón nos recordó nuestra dependencia energética y nos mostró que hay otra manera de vivir. Que las casas pueden ser autosuficientes. Que no hace falta esperar 20 años más para construir como deberíamos haber empezado ya.
Más sostenibilidad, más futuro.