Este proyecto consiste en construir una vivienda para una pareja y su hija. Proyectan una casa eficiente que libere el mayor espacio exterior posible para cultivar un huerto doméstico y un jardín al que dedicarse y promover un espacio de convivencia común.
El proyecto se ha realizado en un terreno que tiene un desnivel notable dando lugar a dos niveles diferenciados entre la calle de acceso y la zona dónde irá el huerto. La parte superior tiene vistas al mar y tiene un algarrobo de gran presencia a media altura.

El proyecto pone el foco en la relación entre una construcción eficiente y el futuro huerto familiar exponentes ambos de autosuficiencia y conciencia ecológica.

La arquitectura que proponemos busca calibrar su presencia con relación al huerto y al árbol a través de la simplicidad formal y la naturalidad de su materialidad para propiciar una vivencia que ponga en valor las actividades cotidianas domésticas y los principales elementos naturales que, junto con la vivienda conforman el lugar. Así, diseñamos un edificio compacto que resuelve el desnivel existente entre la calle y la parcela que, a la vez, genera un espacio exterior intermedio entorno al árbol.

La planta superior alberga las zonas más funcionales y a modo de apéndice, el espacio de convivencia común. Su ubicación propicia el recogimiento y la reunión, así como una relación con el exterior como “escenas prestadas”. Ese espacio encuadra distintos elementos externos generando una percepción fragmentada del entorno; así, el mar, la pineda, los olivos y el algarrobo se hacen presentes en el interior generando una cierta actitud contemplativa.

La planta inferior, directamente relacionada con el jardín, contiene las estancias más privadas haciendo del mismo un lugar íntimo.

Créditos:
Proyecto y Dirección de Obra: Pilar Calderon y Marc Folch (CALDERON-FOLCH STUDIO).
Colaboradores: Marc Sanabra (estructura), Joan Vilanova (dirección de ejecución),
Construcción: Papik Cases Passives
Fotografías: José Hevia
Localización: Premià de Dalt, Barcelona