El quinto de los principios Passivhaus hace referencia a la ventilación y la renovación del aire sin pérdida de energía y sin gasto energético. La estanqueidad al aire nos obliga a generar una ventilación que garantice la salubridad del aire interior de la casa. Hacer vida en casa implica generar CO2, malos olores o generación de otras partículas como humedades. En una casa passivhaus hay que ser muy cuidadosos a la hora de renovar el aire interior, ya que estaremos deshaciendo el trabajo realizado por el aislamiento y la estanqueidad, por tanto en las casas pasivas certificadas, instalaremos una máquina de ventilación mecánica.
Esta máquina, permite reaprovechar el calor producida en el interior de la casa a la vez que se purifica el aire interior, filtrando el aire de entrada para que no entren insectos, malos olores, polen ni polución.
El aire expulsado, transmite su temperatura al aire que entra por tanto, se consigue ventilar sin pérdida de temperatura, sin gasto energético.
Según la plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) En un edificio Passivhaus, con un caudal de aire fresco de aproximadamente 1/3 del volumen de los espacios, podemos aportar unos 10W/m de calor y 7W/m2 de frío en el edificio fijando un límite en la demanda de calefacción y refrigeración de aproximadamente 15kWh/(m2a)